Situado al sur de Alaska, es difícil encontrar un parque nacional que supere a los fiordos de Kenai. Con una historia única y una cultura conformada a partir de sus vastos glaciares y sus bonitos fiordos, no hay dos días iguales este paraje en constante cambio.

Declarado parque nacional en 1980, se cree que la forma del paisaje ha recibido la ayuda de los nativos de Alaska, ya que hay restos que se remontan a miles de años atrás. Cazadores, pescadores, mineros y criadores de zorros, todos han vivido en el parque en los últimos años.

No te puedes perder el campo de hielo más grande de Estados Unidos, el campo de hielo de Harding, con una superficie de más de 1800 km². De hecho, casi el 51 % de los fiordos de Kenai están cubiertos de hielo. El glaciar del Oso, el más mayor de los más de 38 glaciares, tiene una longitud de 33 km y una altura de 384 metros.

Aquí podrás disfrutar de varias actividades de invierno, como el trineo con perros y las motonieves, o pasear por la zona del glaciar Exit para sentir la emoción de caminar por un glaciar activo. Si abres bien los ojos es posible que veas la vida salvaje del parque, como osos, lobos, alces, castores y más.

Sumérgete en la historia de esta bonita zona con una visita guiada o sube a bordo de un crucero. El parque está abierto todo el año, pero algunas áreas pueden estar cerradas por las cambiantes condiciones. La carretera hacia el glaciar Exit está bloqueada durante gran parte de la primavera y en los meses de invierno.