Viajar a la pequeña isla de Tabarca es como retroceder en el tiempo: para empezar, no hay coches. Pero este viaje se centra más en lo que sí tiene Tabarca. Puede dedicar cinco horas a explorar este histórico islote, o dividir el tiempo e incluir una visita a Alicante, la capital de la Costa Blanca.
A sólo 20 minutos en barco desde tierra firme, Tabarca es un destino ineludible para una excursión de un día. La ciudad amurallada cuenta con unos 60 habitantes y sólo un puñado de calles. Junto al mar se encuentra la iglesia barroca, recientemente restaurada, y un conjunto de pequeñas calas y playas.
El resto de la isla es una extensión de arbustos y cactus sólo interrumpida por una antigua prisión y un faro. Caminar de punta a punta lleva una media hora, así que es tan factible como agradable. Y si decide añadir una visita a Alicante, conocerá otra faceta de la vida en la Costa Blanca: es una ciudad bulliciosa con una floreciente escena gastronómica callejera y museos de primera categoría.