El palacio de Charlottenburg, situado en el corazón de Berlín, es una de las principales atracciones turísticas de la capital alemana. Es una obra maestra barroca y rococó, con una fastuosa decoración interior.

El palacio fue construido a finales del siglo XVII, como residencia de verano de la reina Sofía Carlota de Hannover, y ampliado posteriormente en el siglo XVIII. Hasta 1888, el palacio fue la residencia de los reyes prusianos y los emperadores alemanes en Berlín. Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió numerosos daños, pero fue restaurado y amueblado de nuevo.

Recorre el palacio y visita las distintas estancias y salones para admirar el fantástico mobiliario y las completas colecciones de arte. Maravíllate con la colección de porcelana, la capilla del palacio y la sala de audiencias del rey Federico I.

El parque del palacio de Charlottenburg, de 55 hectáreas, es uno de los mayores atractivos del recinto. Inicialmente, se diseñó en estilo barroco, pero, más tarde, los sucesores de la reina Sofía Carlota optaron por transformarlo en un jardín paisajístico, en base al modelo inglés. Tras los desperfectos de la Segunda Guerra Mundial, el jardín fue reconstruido de nuevo en estilo barroco.

El Palacio de Charlottenburg está abierto de martes a domingo, y es fácilmente accesible desde el centro de la ciudad en metro o autobús.