Visite uno de los lugares más misteriosos del corazón de Nápoles: el conjunto monumental de Santa Maria la Nova, fundado en el período angevino y hoy en día uno de los mejores ejemplos del barroco napolitano. Escuche historias interesantes sobre la iglesia y la vida del santo a quien está dedicada, pero también descubra su lado oscuro, ya que se dice que alberga los restos del Conde Drácula.
El monasterio está dedicado a San Giacomo della Marca, que llegó a Nápoles a finales del siglo XV a petición del rey Fernando de Aragón que quería de él un milagro curativo. Admire la enorme capilla ricamente decorada donde originalmente fue enterrado Santiago, así como los dos claustros que caracterizan la iglesia, el más pequeño de los cuales está completamente fresco con episodios de su vida y los milagros que se le atribuyen.
Además de lo sagrado, su guía también revelará el secreto profano que guarda la iglesia. A lo largo de las paredes del claustro menor, también hay monumentos sepulcrales de los años 1400/1500 que originalmente se encontraban en la propia iglesia. La mayor de las tumbas está dedicada a Matteo Ferrillo, construida por su hijo Alfonso, duque de Acerenza, una familia noble napolitana muy cercana al gobernante Ferrante de Aragón.
A instancias del Rey, Alfonso se casó con María Balsa, presunta hija del Conde Vlad III el Empalador, príncipe de Valaquia, quien pasó a la historia como Conde Drácula según la novela de Bram Stoker. La joven probablemente hizo que los restos de su padre fueran transferidos en secreto a la tumba de su suegro para evitar su profanación, y esta curiosa teoría está respaldada por una serie de símbolos iconográficos presentes en la lápida.