La catedral de Santiago de Compostela es la última parada (y la más emblemática) del Camino de Santiago. Famosa por albergar el sepulcro del apóstol Santiago, este complejo religioso ha atraído peregrinos desde la temprana Edad Media. La construcción de la catedral comenzó en el año 1075 sobre los restos de iglesias anteriores que hoy se ocultan debajo. El templo, construido en estilo románico con numerosos detalles góticos, barrocos, platerescos y neoclásicos, es una estructura monumental que vale la pena visitar en cualquier viaje a Galicia.

La estampa más conocida de la catedral es la fachada del Obradoiro, de estilo barroco, rehecha totalmente por Casas Novoa en la década de 1730, sustituyendo a la antigua estructura románica. Con más de 70 metros de altura, la torre de las Campanas y la torre de la Carraca, a ambos lados de la puerta principal, pueden verse desde numerosos puntos de la ciudad. Los visitantes que suban a la torre de la Carraca, además de disfrutar de unas vistas envidiables de Santiago, podrán ver de cerca la enorme carraca que alberga en su interior, la cual suena en lugar de las campanas el Viernes y Sábado Santos.

La única fachada románica que se conserva es la de las Platerías, y junto a ella se encuentra la torre del Reloj. Por su parte, la fachada de la Azabachería, aunque mantiene algunos detalles barrocos, fue reconstruida en estilo neoclásico. La fachada de la Quintana tiene dos puertas, una de ellas es la Puerta Santa, que solo se abre durante el Jubileo, y la otra es la Puerta Real, por la que antiguamente accedían los reyes al templo.

De su interior, uno de los puntos más destacados es el Pórtico de la Gloria, un magnífico ejemplar de la escultura románica ejecutado por el Maestro Mateo. El enorme incensario, conocido como «Botafumeiro» tampoco deja indiferente a nadie. Es tan grande y pesado que para conseguir moverlo se necesitan ¡ocho personas!

Para conocer a fondo la historia de la catedral, lo mejor es acercarse a ver la colección permanente del museo. Algunas opciones de visita incluyen también la posibilidad de acceder al claustro, al Tesoro, a la Capilla de Reliquias, a la Biblioteca e incluso a las cubiertas del templo.

En tu próximo viaje a Galicia, decidas o no hacer el Camino de Santiago, ¡acércate a Santiago de Compostela y descubre su catedral!