El Ara Pacis es un monumento conmemorativo erigido en el siglo I a.C. para celebrar la tan esperada paz entre los países del Mediterráneo. Es un altar magnífico y majestuoso, ubicado en el interior de una estructura de mármol cerrada, que sorprende de inmediato al visitante con intrincadas decoraciones hechas a partir de varios relieves que muestran a la familia de Augusto en procesión y que aparecen intercaladas junto a diferentes alegorías inspiradas en la mítica fundación de Roma. Se trata de una auténtica maravilla artística y arquitectónica, y es uno de los monumentos más emblemáticos y mejor conservados de la antigua Roma.