Conocido como el Versalles ruso, el palacio de Peterhof es una de las principales atracciones turísticas de San Petersburgo. Este palacio imperial del siglo XVIII, construido bajo el mandato de Pedro el Grande, alberga unos espectaculares jardines y unas fuentes impresionantes, la más famosa es la conocida como Gran Cascada.

A lo largo del siglo XIX, se realizaron algunas ampliaciones en el palacio, y durante la Segunda Guerra Mundial, tanto el palacio como los jardines resurgieron poco a poco hasta alcanzar su grandeza inicial.

Este palacio imperial de visita obligatoria, que incluso podría considerarse más bonito que el propio Versalles, está totalmente abierto desde marzo hasta octubre y parcialmente abierto en los meses de invierno.

Sus laberínticos jardines y sus numerosas fuentes doradas ofrecen multitud de oportunidades para sacar unas fotos excepcionales y diversión para los visitantes de todas las edades.