La basílica de la Santa Cruz, llamada basílica de Santa Croce en Italia, es la iglesia franciscana más grande del mundo, y está considerada como uno de los máximos exponentes de la arquitectura gótica italiana. El complejo de la Santa Cruz, uno de los monumentos más populares de Florencia, comprende varios edificios, incluyendo la basílica, un pequeño museo, varios claustros, una capilla y una sacristía.

También conocida como el Panteón de las glorias italianas, es el lugar de descanso final de algunas de las figuras más importantes de Italia, como Miguel Ángel, Galileo y Rossini, entre muchos otros. El mausoleo alberga cientos de tumbas que datan del siglo XIV al XIX.

La construcción de la actual basílica comenzó en 1294, en el mismo lugar que antes ocupaba una pequeña capilla. La iglesia fue proyectada en forma de cruz egipcia y su techo es un armazón de madera. El interior está dividido en tres naves, un presbiterio y un transepto con capillas. Su hermosa fachada neogótica de mármol fue añadida en el siglo XIX, y en su construcción se utilizaron diferentes tipos de mármol toscano y egipcio.

Reserva una visita guiada para conocer la historia de las magníficas obras de arte que hay dentro de la iglesia. Muchas de las paredes de las capillas de la basílica están decoradas con frescos de Giotto y sus discípulos, Taddeo Gaddi y su hijo Agnolo Gaddi. Admira las grandes obras maestras de reconocidos artistas italianos, como Donatello, Brunelleschi, Vasari, Canova.

La basílica está situada en la Piazza di Santa Croce, una de las zonas más pintorescas de Florencia, en el corazón del centro histórico de la ciudad. Allí se puede llegar fácilmente a pie o en transporte público.